El 2 de diciembre de 2012, un día después de que Enrique
Peña Nieto rindiera protesta como Presidente, los lideres de los principales
partidos políticos firmaron el llamado y famoso Pacto por México.
El cual pretendía sacar en acuerdo reformas estructurales
para tratar de marcar el actual gobierno de la república como un gobierno
transformador de México.
Todo esto suena muy bonito, pero que creen, que estos sólo
son acuerdos “políticos” para que los legisladores de los partidos y los lideres
y todos los que se puedan beneficiar, logren obtener un beneficio económico y
de poder y con todo respeto la ciudadanía les vale madres, a todos por igual.
Hay va un ejemplo; para poder votar la reforma energética y
que el PRI pudiera obtener el voto del PAN le negociaron sacar adelante la
reforma político electoral, que no es más que una venganza del PAN contra el
IFE para desaparecerlo por no haberlo beneficiado en las elecciones del 2012,
aunque el PAN era el partido en el poder, cayo al tercer lugar.
Otro de los puntos de la reforma político electoral es la
reelección de legisladores, senadores y diputados por dos periodos consecutivos
y a la izquierda la hicieron a un lado con su propuesta de revocación de
mandato.
Hoy por eso vemos a una izquierda que se opone a la reforma
energética pero de manera infantil y poco ética, pero eso es otra historia de
la cual hablaremos después.
Por: Sergio Gutiérrez Vázquez
Por: Sergio Gutiérrez Vázquez
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